AQUÍ Y AHORA
Para
el pensador y psicólogo Gustave Le Bon el alma de los pueblos se
define por su cultura y su fe. Escribe que las civilizaciones más
avanzadas se sostienen sobre estos pilares y que lo mismo ocurre con
sociedades que llevan siglos de pobreza y explotación. Para Le Bon
la cultura no se refiere a los pintores, músicos, escritores o
poetas de cada nación, sencillamente una sociedad avanza o se rezaga
por sus actos colectivos. Esta obra fue publicada en 1894 y sus tesis
tienen vigencia en pleno siglo XXI ante la epidemia del COVID-19.
El
27 de febrero México registró el primer caso de CORONA VIRUS
COVID-19 y en Tlaxcala fue hasta el 25 de marzo. Sin embargo, la
velocidad de contagio está rebasando las matemáticas y estadísticas
de otros estados del país, de acuerdo al corte del domingo 19 de
abril, Tlaxcala tiene ya 81 casos positivos. En las redes sociales se
observan diversos posicionamientos que van, desde la necesidad
económica de quienes se ganan la vida a través del comercio y la
irresponsabilidad de quienes están organizando fiestas familiares.
Sin duda, nuestra identidad cultural nos lleva a ponernos en riesgo
en este tipo de eventos sociales.
El
crecimiento acelerado en el contagio y la desobediencia reiterada en
los protocolos de convivencia social que ha señalado la Secretaría
de Salud, nos coloca en un escenario de riesgo extremo. Estados como
Jalisco y Michoacán han adelantado las medidas de la Fase 3 y han
anunciado sanciones para los ciudadanos que no cumplan con el proceso
de distanciamiento social. El presidente de la república Andrés
Manuel López Obrador anunció el pasado domingo que el gobierno
federal continúa preparándose para la fase más dura del COVID-19,
en el mismo mensaje reiteraba el llamado a los mexicanos para
quedarnos en casa.
El
objetivo no es erradicar un problema, el Dr. Hugo López Gatell ha
señalado que es un hecho que México ingresará a la Fase 3 en los
próximos días. Las políticas públicas tienen el propósito de
“administrar los problemas” dirigir la demanda y controlar los
tiempos para satisfacer un servicio. En este caso, nos referimos a
nuestro sistema de salud. Pero las políticas públicas requieren de
diversos factores para su éxito. El más importante consiste en la
participación de la sociedad civil. Sin la participación de los
ciudadanos ninguna política pública podrá sacarnos de esta crisis
global.
El
conferencista motivacional Yokoi Kenji escribió en sus redes
sociales hace tan solo unas semanas “De
esta pandemia solo saldrán adelante los pueblos más disciplinados”
y
estoy convencida del significado de su mensaje. Debemos reconocer que
en Tlaxcala nos ha faltado compromiso y disciplina para cumplir con
las disposiciones oficiales. Tengo claro que no todos pueden quedarse
en sus hogares, que esta epidemia ha expuesto las profundas
desigualdades de nuestra sociedad, la violencia en los hogares, la
incredulidad de quienes se niegan a obedecer y la indiferencia de los
que creen que pueden solos.
Los
tlaxcaltecas somos alegres, festivos, hospitalarios y llenos de
energía. Amamos ser libres, visitarnos en los moles y reunirnos en
familia los fines de semana. Estamos acostumbrados a sentirnos
seguros y recorrer nuestro estado a cualquier hora. Pero es
apremiante que corrijamos el camino y aprendamos de la historia.
Entre
octubre y diciembre de 1918 Tlaxcala vivió una epidemia de influenza
que generó miles de contagios y cobró centenares de vidas. A poco
más de 1 siglo de este triste capítulo de nuestra historia, tenemos
el deber de evitar que esto se repita. Los tlaxcaltecas de ese tiempo
no contaban con la ciencia y la tecnología que hoy tenemos. Debemos
de actuar responsable y solidariamente para salir victoriosos de esta
crisis.
Hay
una frase célebre que dice “un
pueblo que no conoce su historia está condenado en volver a vivirla”
no permitamos que Tlaxcala reviva los escenarios de muerte, dolor y
desesperación de 1918. Aquí y ahora unámonos como pueblo y
demostremos que juntos en la distancia, estamos trabajando para
levantarnos pronto de esta crisis.
Dip.
Isabel Casas Meneses.
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