PARLAMENTO ABIERTO Y LA VOCACIÓN DEMOCRÁTICA
Recientemente la LXIII Legislatura del Congreso del Estado aprobó la agenda legislativa para este periodo ordinario de sesiones. Está integrada por 45 proyectos que deberán desahogarse en un promedio de 37 sesiones ordinarias. La meta es cumplir cabalmente con el proceso legislativo en cada una de estas iniciativas.
Sin embargo, creo que como diputados locales debemos trabajar con los ciudadanos y reconstruir la confianza y la legitimidad que se ha perdido. La política y quienes nos dedicamos a ella enfrentamos una profunda crisis de credibilidad ante la evaluación ciudadana.
Los diputados locales debemos entender que no se trata solamente de hacer de cada sesión un monologo o de conformarnos con publicar los proyectos, iniciativas y decretos en la página web del Congreso del Estado. Una es la legitimidad de las urnas y otra es la confianza que se construye en el ejercicio del poder. Este debe ser el reto central de este periodo ordinario de sesiones.
Quienes integramos la LXIII Legislatura debemos asumir como reto que el Congreso de Tlaxcala cumpla con los estándares de un Parlamento Abierto. Solo así marcaremos una clara diferencia con respecto a otras legislaturas y lograremos construir un vínculo de confianza y colaboración con la sociedad tlaxcalteca.
El Parlamento Abierto “promueve la apertura legislativa a través de esfuerzos que tienen por finalidad aumentar la transparencia y el acceso a la información pública, fortalecer la rendición de cuentas de las instituciones democráticas, promover la participación de las y los ciudadanos en la toma de decisiones en el parlamento y garantizar una cultura de conducta ética y probidad en las legislaturas nacionales de las Américas y el Caribe”. Los estándares e indicadores del Parlamento Abierto deben asumirse en el Congreso de Tlaxcala, para esto solo se necesita compromiso con la democracia y voluntad política.
Esta misión descansa sobre cuatro pilares, los cuáles cuentan con diversos indicadores y permiten pasar del discurso a la acción política: transparencia y acceso a la información, rendición de cuentas, ética y probidad y participación ciudadana. La democracia no se agota en los procesos electorales y el ejercicio del poder debe ser sometido al escrutinio público, a la discusión ciudadana, al debate académico y a la participación de la sociedad civil organizada.
La meta de este periodo ordinario de sesiones no debe limitarse al proceso legislativo. Es necesario abrir la convocatoria y llamar a intelectuales y especialistas de las diversas materias que estaremos debatiendo en la máxima tribuna de Tlaxcala y escuchar sus opiniones.
Es necesario que convoquemos a foros y llevemos el debate a diversos escenarios. Resulta indispensable que visitemos las universidades, las plazas municipales y llamemos a los actores involucrados. Más allá de la transmisión de las sesiones del pleno del poder legislativo, debemos implementar la transmisión de las sesiones de las comisiones ordinarias y especiales. Esto permitirá que los ciudadanos conozcan el trabajo que día a día desarrollamos los diputados locales.
Quienes integramos esta legislatura somos fruto de la democracia representativa. Ahora nos corresponde poner los cimientos de la democracia participativa. Tlaxcala lo exige y la transición que vivimos en la elección de 2018 lo reclama. Vivimos tiempos en donde la alternancia en el poder no se ha reflejado en una mayor calidad democrática.
DIP. ISABEL CASAS MENESES.
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