LA CIENCIA DE LAS PALABRAS
Recientemente se publicó una nota en el diario El Universal en la que se señala, que el presidente López Obrador comenzará a sostener reuniones con todos los gobernadores del país. La organización de dichos encuentros será con base a la filiación política de cada mandatario estatal. Esto ha sido interpretado como una señal de apertura, dialogo y colaboración entre el ejecutivo federal y los gobernadores.
La política es la ciencia de las palabras. Es un arte y también una ciencia. La persuasión y la construcción de acuerdos son actividades esenciales para la construcción del país. Es cierto que durante las campañas electorales el diálogo se vuelve combativo y la polémica es una herramienta irrenunciable de la pasión electoral. Pero también es verdad que en el gobierno se debe llamar a la unidad, la negociación y la estabilidad.
No existe gobernabilidad desde la confrontación mediática y la descalificación sistemática. Tampoco existe estabilidad ejerciendo control sobre los medios de comunicación. El debate es una variable indispensable para la democracia y la mentira denigra a la actividad política.
El México de hoy contiene una serie de contrapesos que van más allá de los constitucionalmente diseñados. Desde la fundación de la CONAGO (Conferencia Nacional de Gobernadores) los ejecutivos estatales han ejercido una actividad política que va más allá de sus límites territoriales. Alexis Tocqueville lo definió como “asociacionismo” sosteniendo que la democracia es acción colectiva e intereses comunes. Para poder satisfacer dichos intereses resulta valido y legitimo asociarse. Esto es lo que hemos visto en las últimas semanas en los medios de comunicación con temas como el INSABI en donde los Gobernadores del PAN y de Movimiento Ciudadano han asumido una postura común.
Esta disposición al diálogo por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador no debe ser vista como un acto de debilidad. Por el contrario, constituye un acierto político y confiemos en que sea el inicio de un nuevo ejercicio de comunicación desde el poder. Las democracias exigen conversaciones horizontales para construir. Las órdenes verticales solo debilitan a la democracia.
Debemos reconocer que uno de los talentos del Presidente López Obrador es su poder de comunicación con el pueblo de México. Sin embargo, su área de mayor oportunidad es la de construir un diálogo democrático con quienes tienen un origen político diferente. La convivencia política desde la pluralidad, la construcción de consensos, el debate público y el respeto a las diferencias ideológicas son variables indispensables para el diseño de un nuevo país. La democracia nunca será imposición. El dialogo político no debe ser un monólogo.
En Movimiento Ciudadano siempre hemos ejercido un dialogo horizontal con la sociedad mexicana, porque en ella se funda la fuerza de nuestro instituto. Creemos en el debate de las ideas y la luz de la argumentación. Respetamos las diferencias ideológicas y la pluralidad de las propuestas. No le tememos a la deliberación pública. Siempre estaremos en contra de todo tipo de hegemonía y de la manipulación de masas que lucra con el hambre y las necesidades de la gente.
DIP. ISABEL CASAS MENESES.
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