EducArte
La educación es un derecho que está consagrado en nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Al mismo tiempo es una obligación para el Estado mexicano y un medio para disipar las desigualdades. Eso nos ha enseñado la historia.
Pero hoy vivimos un contexto que debe ir más allá de la lectura jurídica e histórica. Quienes hemos estado frente a un grupo de estudiantes sabemos que educar también es una vocación. Enseñar es más que un empleo o la necesidad de ser económicamente productivos.
He observado en las redes sociales expresiones que parecen revanchistas. Padres de familia contra maestros y maestros contra el contexto tan complejo que hoy vivimos. Esta pandemia ha sacado lo peor que tenemos como humanidad. Esa es una frase que se ha dicho hasta el cansancio.
Pero llegó la hora de mostrar lo mejor de nosotros. Este es el momento de hacer una alianza entre maestros y padres de familia. Ahora educar debe ser un acompañamiento compartido para evitar que nuestros hijos egresen con vacíos en su formación.
Los estudiantes de nivel medio superior y superior deberán decidirse a ser casi autodidactas. Lo harán si de verdad tienen el compromiso de estudiar. Los niños de nivel básico necesitarán del apoyo emocional de los padres y la estrategia pedagógica de los maestros. En ellos es más difícil, porque extrañarán la convivencia y el juego con sus compañeros de clases. Este distanciamiento social ha generado estrés en los adultos, pero también confusión y tristeza en los más pequeños.
Es una labor compleja porque esto pone en evidencia las desigualdades que tenemos como país. No solo es el acceso a internet o tener una computadora o televisión. Muchos padres enfrentarán la impotencia de no poder apoyar a sus hijos ante sus dudas, porque por azares de la vida no pudieron culminar sus estudios y ahora deben ser padres y también maestros.
Muchos maestros enfrentarán el reto de hablar frente a una cámara y tratar de mantener la atención de sus alumnos. Es difícil hacerlo de manera presencial, pero lo será más de manera virtual. Muchos estudiosos de las ciencias sociales no logran ponerse de acuerdo para definir si la pobreza es una causa o una consecuencia. Lo que sí sabemos es que una deficiente formación educativa nos pone en desventaja ante el terreno laboral.
Las consecuencias de esta pandemia durarán décadas y debemos unirnos para tratar de disminuirlas. Organismos internacionales advierten sobre mayores desigualdades económicas durante y después de esta crisis de salud. La educación será uno de los principales detonantes y podemos evitarlo si nos unimos en un acompañamiento reciproco, para que las nuevas generaciones tengan los conocimientos y la formación que les permitan luchar por una vida digna, feliz y prospera.
Ellos lo necesitan y nosotros podemos hacerlo.
Educar es un arte.
Seamos artistas de la vida.
Dip. Isabel Casas Meneses.
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