TORRE DE BABEL
La
sociedad mexicana necesita de un solo mensaje para enfrentar la
crisis de salud y económica generada por el COVID-19. El presidente
Andrés M. López Obrador ha mantenido sus apariciones en medios de
comunicación y redes sociales en el que sostiene discurso
triunfalista en el que señala que la pandemia está mitigando sus
efectos.
El
subsecretario de salud Dr. Hugo López Gatell llama a intensificar
las medidas de sana distancia, lavado de manos y el uso de careta y
cubrebocas. Su mensaje nocturno no es alentador y nos advierte sobre
los riesgos por la reapertura de las actividades económicas. Su
lenguaje científico y su estilo sobrio al hablar tratan de generar
confianza, sin embargo el mensaje es claro y diferente al del
presidente López Obrador “existe el riesgo de que COVID-19 se
intensifique”.
Los
gobernadores de los estados han sido indiferentes al semáforo
nacional y varios de ellos han construido sus propios sistemas de
medición, control y mitigación sobre el COVID-19. También han
diseñado sus propios programas de reactivación económica e
indicadores de avance y control de contagios.
Los
gobiernos municipales han intentado desarrollar estrategias de apoyo
directo a la ciudadanía. En muchos casos los alcaldes y los
integrantes del cuerpo edilicio han resultado contagiados y han
perdido la vida. El gobierno municipal es la estructura base de
nuestro sistema federalista y son lo que reciben directamente los
reclamos para la reactivación de la vida económica.
Las
universidades en uso de su autonomía han decidido mantener la
educación en línea durante lo que resta de 2020. Muchos estudiantes
están aprendiendo obligadamente a desarrollar habilidades
autodidactas con el propósito de concluir sus estudios.
Esta
crisis y los mensajes cruzados reviven el pasaje de la Torre de
Babel. Una misma misión y todos hablando una lengua diferente. Una
misma causa que no ha podido convocar a la unidad de esfuerzos y la
focalización de recursos. Una misma tragedia y un mismo dolor ante
la politización ofensiva e injustificada. El peor momento y la mayor
indecisión.
Esta
pandemia debe ser motivo de unidad nacional y corresponsabilidad
entre los gobiernos y los ciudadanos. El sensacionalismo en la
comunicación y las notas apasionadas no resuelven la crisis de salud
que vivimos. El protagonismo y el discurso obsesivo no generan
empleos y tampoco atrae inversiones.
Los
resultados del presidente López Obrador en Estado Unidos son
producto del discurso y el análisis de comunicación gubernamental
de su equipo. Está claro que son fríos y milimétricos para obtener
resultados. Han sabido mantener su popularidad y sortear las crisis
de su gobierno.
Es
necesario que esos mismos resultados se reflejen en una nueva
estrategia que unifique a los gobiernos estatales y municipales. Un
solo mensaje en donde todos los mexicanos encontremos la certidumbre
y el rumbo que necesitamos.
Un
discurso que unifique y ya no polarice, que nos mantenga firmes en
esta lucha contra el COVID-19 y que ya no confronte y señale a los
que pensamos diferente. Un mismo liderazgo para todos y que nunca más
el país sea divido entre injusto y defensores de la 4T.
Esta
Torre de Babel nos lleva a un precipicio y es urgente que unifiquemos
esfuerzos y estrategias. El objetivo es desterrar el dolor y la
tristeza que hoy se refleja en miles de hogares en donde han tenido
la desgracia de enfrentar al COVID-19.
Dip.
Isabel Casas Meneses.
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